Las estatuas de Buda
Mejore su negocio con Feng Shui
En todas sus variantes, la imagen del Buda resulta tantas veces vista en Occidente, que su uso como adorno nos resulta ya familiar. Sin embargo, la mayoría desconoce el significado de este símbolo y aunque intuitivamente percibamos que su amigable o serena compañía nos transmite buena onda, el conocer su trascendencia histórica cambia radicalmente el sentido de su presencia en nuestro entorno.
En sus diversas representaciones, solemos ver Budas delgados o de figura voluminosa, sentados sobre sus piernas en actitud meditativa, con túnica o sin ella, sosteniendo diversos objetos o realizando mudras con las manos. Hay algo, sin embargo, que se mantiene constante: la sensación de plenitud imperturbable. Es por eso, que el Feng Shui desde tiempos remotos, adoptó la imagen de Buda como símbolo de energía positiva o Sheng Qi, fuente de autosuperación, vitalidad y sentimientos nobles, que nos motiva a atraer prosperidad, felicidad y sabiduría a nuestra vida.
¿Quién fue Buda?
La palabra Buda proviene del sánscrito y significa “iluminado”, y se usa tanto para referirse al Buda original como a un título o un epíteto -y no a un nombre- que en Oriente se otorga a aquellas personas que alcanzan la verdadera sabiduría. Significa “alguien que está despierto” en el sentido de haberse “despertado a la realidad”.
El Buda original nació en Kapilavastu, actual frontera entre Nepal y la India, entre los siglos VI y V antes de Cristo. Era un príncipe del clan de los Sakyas. A los 29 años, a pesar de su vida principesca, decidió abandonar todas las comodidades del palacio paterno y se inició en un camino de búsqueda existencial que le ayudara a comprender el sufrimiento de la condición humana.
Tras varios años de practicar el ascetismo y la meditación, el día de luna llena de Vesakha (mayo del 523 a. de C.) se sentó bajo una higuera sagrada en Uruvela, a orillas de un afluente del río Ganges, dispuesto a no moverse de allí hasta alcanzar el verdadero conocimiento. Finalmente, obtuvo la iluminación y se convirtió desde entonces en el Buda. A partir de entonces, dedicó el resto de su existencia a predicar el dharma, es decir, la doctrina o ley suprema de todas las cosas. Por eso se lo considera fundador del Budismo.
No se proclamó como un ser divino ni como un profeta de Dios. El Buda fue un ser humano quien, a través de esfuerzos y convicción, transformó y trascendió las limitaciones mundanas hasta descubrir en su interior un ser Iluminado liberado de las circunstancias.
Las representaciones del Buda
Una de las iconografías más populares es, sin dudas, la de Budai o Hotei, un monje chino quien es identificado como una manifestación de Maitreya (el futuro Buda). Su aspecto redondeado, sonriente y relajado utiliza una estética muy próxima al imaginario más popular y se debe a cierta influencia taoísta en el Budismo chino. Maitreya lleva joyas, vasijas u otros objetos que simbolizan la fortuna, a su vez, su actitud despojada y generosa evoca el valor de compartir y disfrutar. Sus curvas prominentes emiten buen Qi y sus orejas largas simbolizan sabiduría y que escucha todos los pedidos que a él se le realizan.
Otras estéticas del Buda son fieles a la idea de un solitario que irradia una gran fortaleza interior y presentan una iconografía llamada Lakshana que literalmente significa signo o marca favorable. Estas marcas designan diferentes rasgos propios de un ser iluminado. Por ejemplo, la aureola o nimbo de santidad: símbolo de santidad, bondad y sabiduría; mientras que el peinado en moño, protuberancia en la coronilla o Usnisha, representa la meditación, la vida espiritual dedicada. Los párpados entornados asemejan a los pétalos de loto y evocan la concentración espiritual y la pureza. Una sonrisa esbozada con el rostro sereno transmiten la idea del equilibrio interior propios de un ser libre las circunstancias. En tanto, los lóbulos alargados de las orejas aluden a los pendientes de gran tamaño que llevaban las clases altas de la época simbolizando capacidad de escucha, nobleza y sabiduría.
Los Budas y el Feng Shui
Para el Feng Shui, el símbolo del Buda en sus diferentes iconografías es un gran activador de energía positiva. No se lo usa como objeto de devoción, pero sí se lo trata con respeto dándole un lugar cuidado y estratégico para atraer Sheng Qi. En este sentido, los budas sonrientes son un grupo de diferentes figuras del Maitreiya que se usan para reafirmar determinadas aspiraciones en la vida, como salud, longevidad, armonía, abundancia de prosperidad, amor, etc. El significado de cada uno de ellos es el siguiente:
El Buda de la felicidad
Esta representación de Maitreya sentado y relajado, sonriente y sosteniendo una esfera o un sombrero de emperador con una de sus manos, ayuda canalizar los esfuerzos hacia el crecimiento personal en diferentes ámbitos de la vida. Transmite energía de autoconfianza para superar con alegría y serenidad los obstáculos. Ubicación: Sudoeste del living.
El Buda para las finanzas
En esta versión, Budai sostiene con ambas manos un lingote de oro, en actitud de recibir pero también de dar. Lo que marca una apertura generosa hacia la energía del dinero. Ayuda a activar la riqueza y a tener sabiduría para las finanzas. Ubicación: Noreste del living acompañado por una planta sana de hojas redondeadas.
El Buda de la salud
Este Buda sostiene un Wu Lu o calabaza y una bolsa fuertemente ceñida con su mano izquierda. En esta bolsa recoge malas energías para aliviar cualquier enfermedad que se padezca. Wu Lu era usada para confeccionar un recipiente hueco donde antiguamente los sanadores taoístas llevaban sus medicinas, o incluso agua y otras sustancias que ayudaban a mantener el cuerpo de los viajeros en sus largas caminatas. Este Buda activa la salud física y espiritual. Ubicación: Este del living acompañado con una planta sana de hojas redondeadas.
El Buda de la compasión
Lleva una bolsa en la espalda y un abanico en su mano. Este Buda de sonrisa risueña concede los deseos con su abanico. El abanico tiene su origen en las disposiciones del emperador que concedía las peticiones del pueblo utilizando este objeto. En la bolsa lleva tesoros para ofrecer a quienes necesitan su ayuda. Esta representación activa la espiritualidad, invita a compartir y a extender una mano al prójimo. Ubicación: Sureste del living con una vela.
El Buda del éxito
Con una perla de oro en cada una de sus manos, alzadas sobre la cabeza, esta imagen irradia la sensación de victoria y vitalidad. Activa la fuerza de voluntad y el deseo de autosuperación. Es ideal para estudiantes, personas que ansían destacarse en sus profesiones. Ubicación: Sudoeste del living, área de benefactores.
El Buda para la fertilidad
Esta rodeado de niños. Se dice que tener un Buda de la fertilidad puede cumplir los deseos de tener un hijo y ayudar a su crianza saludable. Ubicación: Oeste del living, área de los hijos.
El Buda con capa roja
Este Buda con túnica roja activa la energía Yang, ayuda a superar la tristeza y da fuerza para vencer los obstáculos. Lleva lingotes de oro y monedas chinas, indicando el flujo de la riqueza en movimiento. Desbloquea trabas financieras, disipa la negatividad, es ideal para los comercios. Ubicación: a 45 grados de la puerta de entrada, mirando hacia ella desde adentro.
Los budas no deben colocarse en dormitorios matrimoniales ni en la cocina ni en los baños, ni enfrentados a las puertas de estos ambientes. También una oficina es un lugar donde podemos ubicar al Buda, sobre el escritorio mirando a la puerta de entrada en un ángulo de 45 grados. Su presencia resulta protectora y estimulante.
En cuanto a los materiales, las figuras de buda pueden estar realizadas en resina, cerámica, piedra, madera, metal, en colores neutros y en dorado. Los budas dorados son ideales para activar el metal y fundamentalmente el dorado es el color de la abundancia y de la jerarquía.
Los budas de piedra o madera tallada resultan piezas sobrias y elegantes que ayudan a activar aspectos más espirituales y profundos. También existen láminas y colgantes con la imagen de Buda que podemos puntuales para generar protección en nuestro entorno.
Por Patricia Traversa, Directora del Centro Oficial de Feng Shui Profesional y autora del libro “Cambie su vida con Feng Shui”.
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